Ya hace varios años que pasan por mis manos informes de presencia, reputación, y percepción de marcas de producto, marcas corporativas, pero también marcas personales como las de políticos, directivos o famosos.
A excepción del caso de los personajes políticos, el resto de marcas siempre han sufrido alteraciones con el tiempo ya que sus responsables a partir de los indicativos que anpro21 les ofrecía modificaban su forma de comunicar para llegar mejor al público. Es incluso gratificante ver como una gráfica evoluciona mejorando los valores de una empresa, ya que delata el trabajo de un equipo humano que lucha para lograr los objetivos propuestos. En cambio esto nunca pasa cuanto el informe es sobre un personaje del entorno político de nuestro país.
A pesar de que año tras año, ya sean por las elecciones generales, autonómicas o locales, la historia siempre se repite “los candidatos no son bien percibidos por la sociedad” y las gráficas muestran valores siempre bajos.
No confundir reputación con percepción. No digo que los candidatos siempre tengan mala reputación (que en casos sí que la tienen) si no que no se esfuerzan lo suficiente para que las personas percibamos a través de ellos el mensaje tranquilizador que tanto esperamos. Sus imágenes, gestos, mensajes y actitudes no nos transmiten la confianza necesaria.
Si esto mismo pasara con un producto de consumo que convive en un lineal, un producto sobre el que hay que realizar un gran esfuerzo para que la gente lo elija a el y no a otro, este producto desaparecería porque nadie lo compraría. Pero votar es casi un acto obligatorio en el que nosotros mismos creemos que debemos hacerlo nos gusten o no los candidatos, pues nos jugamos nuestro futuro y el de nuestros hijos en ello. Es un acto de responsabilidad y lo peor de todo es que así nos lo recuerdan año tras año. En muchas campañas el ministerio del interior lanza mensajes claros diciendo “votar es responsabilidad de todos”. En consecuencia votamos con poca convicción, porque hay que votar y alguien tiene que gobernar. Casi siempre oigo de familiares, amigos o compañeros la típica frase de “bueno... y que vamos hacer.. si no votaba a este... a quien voto?...no me convence.. pero bueno.. a alguien hay que votar... no?”. Poca gente se siente convencida de su elección. Esto ocurre sobre todo por el personaje y no tanto por el partido al que pertenece.
En muchas ocasiones queremos ser fieles a un color, a un partido, pero el candidato no transmite los valores que esperamos y nos sentimos frustrados, perdidos.
Los políticos quieren que les votemos, pero no saben vender el valor mas alto de su candidatura: su imagen y sus palabras. A través de una sola imagen y de pocos mensajes deben concentrarse y transmitir el cumplimiento de los deseos de una sociedad, de los electores.
Los candidatos no saben utilizar la comunicación mas que para contradecir las palabras del adversario, solo saben del marketing de los años 80 y creen que el branding es solo cosa de multinacionales.Posiblemente creen que no deben aprender nada mas de estas disciplinas, porque piensan que los votaremos por sus ideas, por sus promesas, por la bandera del partido que ondean, porque debemos hacerlo y nos sentimos responsables. Porque es nuestra responsabilidad y lo haremos nos guste o no. ¿ A caso creen que el marketing y el branding es tirar el dinero?. Error; las personas de esta era compramos desde que nos levantamos en la mañana hasta que nos acostamos. Empezamos comprando un billete en el metro, un desayuno o un periódico y acabamos comprando una camisa o un fin de semana de descanso por internet antes de irnos a dormir. Comprar es un acto habitual en nuestro día a día, ya sea para nosotros, para los nuestros o para las empresas en las que trabajamos.
Estamos tan acostumbrados a comprar que hemos evolucionado hacia un tipo de consumidor extremadamente exigente con el mensaje recibido y con el proceso de venta. Solo hay que ver la evolución de la publicidad que cada vez debe ingeniárselas mejor para convencernos de comprar un bote de Dixan y no el del detergente que está a su lado.
¿Porque han de ser menos ingeniosos los políticos?. Ellos están en el lineal mas exigente de todos, el de la calle. Sus pancartas, posters y mensajes nos bombardean a diario la vista y nuestros oídos. Ellos más que ningún otro producto deberían tener la mejor estrategia de marketing y de branding. Ellos mejor que nadie deberían comunicar y esforzarse en ser bien percibidos por las personas.
Por supuesto que detrás de esto debe haber un proyecto!, un buen programa y un buen equipo que demuestre ser capaz de gestionar un país. Pero este no es el tema qué toco ahora.
En el mundo empresarial una buena idea o un gran proyecto no triunfa si no sabe venderse. Para nada les servirá pensar que les votarán tan solo por su gran idea de proyecto, porque no es cierto. Si votamos es porque sabemos que hay que hacerlo, pero la gran mayoría votamos con poca convicción y mirando de reojo las imágenes de un candidato que parece agotado, sin ánimo de lucha, sin ideas, sin… nada. Son fotos vacías que no transmiten valores. Votamos por responsabilidad.El Spam callejero no triunfará si el mensaje no conecta con las personas, si la imagen del candidato no transmite lo que queremos.
La ultimas puntuaciones en percepción que hacemos en anpro21 corroboran esto mismo. Percepciones bajas. Otra vez lo mismo. ¿Votaremos porque es nuestra responsabilidad y hay que votar, o por fina los candidatos darán la sorpresa en la próxima campaña y entenderán por fin como conectar con la sociedad y con el mensaje que todos esperamos?.
Muy interesante
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