Muchas empresas se preguntan hasta qué punto la imagen personal de su CEO o de algunos de sus directivos de una empresa afecta a la reputación de su marca. ¿Deberían ser parte activa de las redes sociales? ¿Tienen que medir sus actos en una vida privada que es suya y solo suya y a nadie interesan? ¿Mejor actuar en la sombra o ser visibles? El CEO no está para dar la nota en las redes sociales. Ni para tratar de establecer una línea roja entre su vida privada y la marca para la que trabaja: es un puesto que va contigo. Como tu forma de vestir, tu perfume o tu sentido del humor. Es lo que hay, pero no por imposición, sino porque tú lo has decidido. Porque tienes que haberlo decidido. Con libertad, sabiendo dónde estás y asumiendo que te vistes por los pies. Pero, sobre todo, hay que ser consciente de que no se trata tanto de un tema de alternar comportamientos opuestos, de contenidos que sí y que no o de una mera cuestión de social media: se trata de liderazgo y de cultura de empresa, d